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La sustracción de datos personales para robar la identidad en la era digital tiene un costo de 11,000 millones de pesos, según la firma EB Life. Foto: Getty Images

Datos personales, el oro de la conquista digital

Por Lucía Morales Domínguez

En la era de la información los datos personales poseen un alto precio que fija el mejor postor. No es extraño entonces que el robo de identidad sea uno de los delitos que los hackers o delincuentes cibernéticos cometen con más frecuencia.

Las consecuencias por el robo o usurpación de identidad, entendido como el hecho de que una persona obtenga, transfiera, utilice o se apropie sin autorización de los datos de otra persona física o moral (generalmente para cometer un fraude o un delito), abarcan daños financieros, legales y en la reputación.

Tanto es el impacto de este crimen, que en su agenda global de riesgos, el Foro Económico Mundial (WEF por su sigla en inglés) lo señala como uno de los asuntos más preocupantes en lo que toca a temas tecnológicos.

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Plantea que aunque internet ha transformado muchos aspectos de nuestras vidas, es “un arma poderosa, permitiendo que cualquier persona, desde un adolescente conocedor de la tecnología hasta un Estado-Nación, lleven a cabo un ataque”.

Los datos personales son el ‘oro’ del cibercrimen y generalmente se sustraen a través de los llamados malware (programas maliciosos que se infiltran en dispositivos para causar un daño, incluyendo el espionaje).

La empresa de ciberseguridad Kaspersky Lab contabilizó en el último año más de 300 millones de ataques por esta vía en México, 31% más respecto del año previo.

Las redes sociales también son una fuente inagotable para la sustracciones de datos personales. Hay que recordar el caso de Cambridge Analytica, empresa que compró de manera ilegal información de 50 millones de usuarios a Facebook para influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos que dieron la victoria a Donald Trump en 2016.

En México, un caso singular es el programa de espionaje Pegasus, en teoría se provee de forma exclusiva al gobierno, y se infiltra en teléfonos celulares para tener acceso a la información de una persona, obviamente sin su consentimiento.

El programa solía ser usado en actividades de investigación contra terroristas, pero en 2017 trascendió su uso para espiar a organizaciones de derechos humanos e incluso a periodistas.

Una forma común de robo de datos personales es la suplantación de identidad corporativa (Phishing), que consiste en enviar correos o mensajes SMS a nombre de una empresa, informando de premios, cupones e, incluso, bloqueo de cuentas bancarias. El mensaje redirige a páginas electrónicas falsas que solicitan información personal.

La firma mexicana EB Life, especializada en seguridad patrimonial, calcula que la afectación económica por robo de identidad asciende a 11,000 millones de pesos. Además “los métodos para obtener información de las personas y empresas cada vez son más sofisticados”, alerta René Escobar Bribiesca. codirector de la empresa.

Contrataque

  • Protege tus contraseñas. No llenes ningún formulario electrónico.
  • Cuida tu computadora y dispositivos móviles con software de seguridad.
  • Sospecha de mensajes que soliciten información personal.
  • No des clic en los vínculos, escribe las direcciones electrónicas de los sitios que quieras visitar, especialmente cuando se trate de bancos o servicios que requieran de tus datos personales.

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