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Emprendimiento. Foto: Getty Images

¡Urgente! Se buscan PyMEs

Toda esta situación de la crisis sanitaria nos ha llevado de paseo hacia los confines más oscuros y recónditos de la incertidumbre.

Honestamente, no sé cuál será el rumbo económico que tome el mundo, pero, desde mi punto de vista, no pinta nada bien.

Desde el inicio de esta coyuntura, se nos ha repetido el mantra de “quédate en casa”, como si fuera tan sencillo detener los motores económicos de los países. Hace meses que ya hemos podido comprobar los estragos: no solo hay una larguísima lista de empresas que se han declarado en bancarrota (Cirque du Soleil, Hertz, JC Penney, Aeroméxico, Gold’s Gym, Avianca, Neiman Marcus y, por supuesto, miles de PyMEs), sino que, además, sectores completos se juegan la supervivencia: automotriz, manufactura, hotelería, transporte, restaurantes, cines, gimnasios, cruceros, deportes, casinos y parques temáticos, por nombrar solo algunos.

Este panorama tan incierto no nos invita, sino que NOS OBLIGA a transformarnos. Personalmente, no creo que sea una cuestión de “esperar a que pase todo esto”; es una situación que nos fuerza a activarnos y a hacer uso de todos nuestros recursos y creatividad.

Mientras no haya claridad (que, por cierto, no la hay) en cuanto a la inversión privada, ya sea nacional o extranjera y la subsecuente generación de empleos, es más que evidente que necesitamos hacer algo y pronto, algo que esté en nuestras manos.

Mi propuesta: crear más empresas, especialmente pequeñas empresas.
Sé que suena a una locura, pero, en mi experiencia como consultor, déjame compartirte que he conocido a muchos micro y pequeños empresarios que han comenzado, prácticamente, sin nada, con un capital muy reducido (o nulo) y, eso sí, muchos deseos de salir adelante.

La historia empresarial en el mundo está llena de casos en los que la falta de dinero no fue obstáculo para triunfar.

Antes de emigrar a California, el creador de WhatsApp, Jan Koum, y su familia, padecían severos problemas económicos y con trabajos llegaban a fin de mes. Su vivienda situada en los suburbios de Kiev, Ucrania, frecuentemente no contaba con agua caliente. Al llegar a los Estados Unidos, a los 16 años, el joven Koum se dedicaba a barrer el piso de una recaudería. En 2014, Facebook le compró su valiosa app, por la estruendosa cantidad de 19 mil millones de dólares.

La encumbrada empresaria de los medios de comunicación, Oprah Winfrey, vivió una infancia de pobreza, con varios de sus parientes por separado: su madre, su padre y su abuela. Esta última estaba tan desfavorecida que tenía que vestirla con ropa hecha de costales de papas. Hoy, el imperio y la fortuna de Oprah es de 2,600 millones de dólares.

La pareja de esposos Do Won Chang y Jin Sook se mudaron de Corea a Estados Unidos en 1981. Do Won tuvo tres trabajos mal pagados: uno como conserje, otro como asistente en una gasolinería y uno más como empleado en una cafetería. Tres años después, en 1984 abrirían una tienda de ropa en California, con el nombre de Fashion 21, la cual, algunos millones de dólares más tarde, se convertiría en la multinacional Forever 21. Forbes estima que el patrimonio neto de la pareja ronda los cinco mil millones de dólares.

Sophia Amoruso, la fundadora de Nasty Gal, una tienda minorista estadounidense especializada en moda para mujeres jóvenes, mantuvo una errante vida de nómada, hurgando en contenedores de basura para encontrar comida e, incluso, robando. Actualmente, Nasty Gal tiene presencia en 60 países y el patrimonio neto de la empresaria es de 280 millones de dólares.

Con lo anterior, quiero demostrar que hay suficientes historias que lo comprueban: no siempre es necesario el dinero para emprender, ni siquiera es requisito el hecho de tener una educación formal, también de esto hay bastantes testimonios.

Como ya hemos comentado en entregas anteriores, lo importante es que haya voluntad, un firme deseo y un marco mental adecuado que contribuya al logro de los objetivos.

Pero, además, creo yo, no tenemos otra opción. Necesitamos movilizarnos para hacer que las cosas ocurran. No podemos esperar más. Menos aún si nos llaman a un nuevo confinamiento (¡toco madera!), no hay economía que pueda resistir un nuevo embate de esta magnitud. Ni siquiera los gobiernos están preparados para hacer frente a esto.

Se buscan PyMEs, ¡con urgencia! Es hora de sacar nuestro espíritu emprendedor y crearlas cuanto antes, por algo se empieza, pero empecemos; no mañana, hagámoslo hoy.

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