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Las mujeres se reunieron en el Monumento a la Revolución como punto de encuentro para iniciar la marcha por el Día Internacional de la Mujer. Foto: Twitter @MarcoAGMendez

Mujeres pintaron de morado y verde a México

Las frondosas jacarandas de la Ciudad de México se confundían con el contingente que recorrió las calles este domingo 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer.

Miles de mujeres pintaron de morado y verde las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, tal y como se venían muchas otras plazas principales en otros estados de la República Mexicana.

Los gritos de justicia, unión y sororidad hicieron eco el domingo 8 de marzo, como una sola voz, unida y que se hacía escuchar por todas las voces de ellas, de quienes ya no están. Se reflejaba el clamor de ellas, las que que ya no pueden abrazar a hijas, hermanas, madres y amigas que han desaparecido, esas mujeres que nadie ha contado bien.

El Monumento a la Revolución fue el punto de encuentro, donde miles se preparano para dar un grito de ¡ya basta!, a los feminicidios, la violencia, las desapariciones, a los abusos, a la desigualdad, a la impunidad y al machismo.

Al grito de "Ni una más", las mujeres exigieron el fin de la desigualdad, impunidad y la violencia de género que se vive en México y el mundo.
Las mujeres se reunieron en el Monumento a la Revolución como punto de encuentro para iniciar la marcha por el Día Internacional de la Mujer. Foto: Twitter @Baldilocks_23

El metro de la Ciudad de México, autobuses y las diversas líneas de metrobús se abarrotaron de mujeres que querían unirse en la lucha, se organizaron en contingentes y dejaron en la vanguardia a las mujeres más importantes del movimiento: las víctimas directas de esta violencia lacerante, madres que perdieron a sus hijas. Hijas que perdieron a sus madres.

Les seguían las mujeres con discapacidad, las madres con hijos menores de 12 años, contingentes feministas, y en la retaguardia contingentes mixtos, integrados por sindicatos, organizaciones políticas y algunos hombres.

https://twitter.com/VanessaDiazNYC/status/1236855413108355073

Una energía de hermandad y confianza inundaba el ambiente, junto con el humo morado que se dispersaba mientras todas caminaban.

El contingente avanzó con decisión sobre avenida Juárez. Todos los comercios estaban cerrados y resguardados por otras mujeres, elementos de seguridad de la Ciudad de México, viendo pasar a ellas.

Algunos monumentos y edificios eran resguardados con vallas, tal fue el caso del Hemiciclo a Juárez, el Palacio de Bellas Artes, la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Hotel Hilton. De poco les sirvió, pues la ira de las más radicales no tuvo intenciones de perdonar espacios, como no se les ha perdonado la vida a muchas.

Se hizo un alto en el antimonumenta “Vivas nos queremos”, ubicado al frente al Palacio de Bellas Artes. Las madres de hijas asesinadas exigieron justicia y reclamaron a las autoridades que se resuelvan los casos, detener a los culpables de que ellas ya no están aquí.

¡No estás sola, no estás sola, no estás sola!”, gritaba el contingente.

La mayoría del movimiento se mantuvo pacífico, “no violencia”, gritaban muchas frente a las encapuchadas que pintaron y trataron de derribar algunas de las vallas que protegían algunos edificios.

https://twitter.com/soykemonito/status/1236788471877865472

Miles siguieron su camino. Avanzaron sobre 5 de mayo hasta llegar al Zócalo, el cual poco a poco se fue llenando del bullicio y se pintaba también de morado y verde.

Sobre la plancha del Zócalo, ya estaba instalado un templete donde se realizó el mitin. Algunos elementos de la policía se encontraban en las puertas de la oficina central de gobierno y muchos más en Palacio Nacional.

Comenzó el discurso. Madres, hijas, hermanas, amigas pasaron al frente, cada una con la fotografía de alguna mujer fallecida o desaparecida. Los nombres de Sandra, Nancy, Ericka, Ingrid, Norma, Guadalupe, Lucero, Estefanía, Blanca, Mariana, María se mencionaban y otros muchos estaban escritos en cruces alrededor del asta bandera.

No alcanzaría el tiempo. Ellas se tomaron casi cuatro horas. Nombre tras nombre. Dolor tras dolor. Y el grito más empático de miles, como consuelo, como exigencia de que se haga justicia, de que ya no vuelva a ocurrir más en este país.

Ya entradas las 18:00 hrs, elementos de la Brigada Humanitaria Marabunta corrieron a rescatar a las heridas, luego de que un grupo de mujeres con los rostros cubiertos aventaron tres bombas molotov a los pies de Palacio Nacional. Algunas de las manifestantes salían del bullicio con quemaduras en los brazos y cara. 19 heridas fueron el reporte final de la brigada.

“Había muchas infiltradas”, dijeron varias mujeres que habían asistido a la marcha con la intención de mostrar su apoyo y hartazgo de la forma que fuera necesaria, buscando dar voz a quienes ya no la tienen, hacer Historia, dejar el camino listo para las que llegarán algún día sin miedo, con más oportunidades, igualdad, equidad, seguridad y la justicia que faltó a todas aquellas que ya no están y que este 9 de marzo se recuerdan con la ausencia de todas las que quedamos.

Fotos: Marco A Méndez y @Baldilocks_23

Con información de Notimex.

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