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Fine dining table. Foto: Getty Images

Fine dining a domicilio, la nueva era de la comensalidad

El ser humano ha sido un ser vivo que ha encontrado la manera de adaptarse a las adversidades que se le presentan. En el caso de la manera en que nos alimentamos, siempre hemos mostrado una manera vanguardista y única, muy diferente a todas las demás especies habitantes del planeta.

Estas costumbres, son algo que no podemos dejar ir tan fácilmente y al sibarita le es frustrante no poder vivir una experiencia culinaria en su máxima expresión.

Desde el inicio, el Homo Habilis ha dejado indicios del uso de herramientas para su supervivencia, llegando así a la complejidad que actualmente conocemos en los rituales que se han ido adaptando, los cuales han dado pie a experiencias más refinadas y han elevado el rito de la alimentación a prácticas conocidas como fine dining.

Fine dining 

El Fine dining es la máxima expresión, hoy conocida, para el ritual del gourmand. Esta práctica ha conseguido llevar a la experiencia de la restauración a un nuevo nivel de profesionalismo al conjugar tres factores:

1. Cocina de autor:

Este tipo de cocina no sólo exige la mejor de las técnicas para ser llevada a cabo, también debe ser realizada con la mejor materia prima transformada por cocineros de gran preparación en el arte culinario, lo cual se ve concretado en un platillo de alto grado de complejidad y sabores únicos que no se repetirán en otro lado.

2. Servicio especializado:

Con esto llegan figuras en el área de servicio como el maître y sommelier cuyo grado de especialización tiene el único fin de brindar el mejor servicio posible al momento de colocar los platos frente al comensal, brindar de información adicional que explique el porqué de la elección de los alimentos, así como de las bebidas. Sumado a esto, los meseros deben tener una gran preparación en el arte del buen servir.

3. Atmósfera:

Aquí es donde la experiencia llega a su máxima expresión, puesto que no basta con tener los elementos anteriores solamente, es necesario crear una experiencia irrepetible al poner atención al más mínimo detalle que conjugue con el placer de la comida. Música, clima, luz, aromas e incluso el simple protocolo del evento, son algunas de las cosas que transforman una simple comida o cena, en fine dining.

Fine dining. Foto: Getty Images
Foto: Getty Images

Adaptarse o morir

Hoy en día las exigencias de la contingencia derivada por la propagación del COVID-19 ha llevado a la industria restaurantera a adoptar nuevas estrategias para llegar al consumidor.

Ejemplos de esto van desde experiencias que llevan de la mano al comensal en la preparación de sus propios platillos con asistencia virtual de un chef, hasta alimentos ya preparados y porcionados que son enviados por medio de paquetería al cliente que se acompañan de instrucciones para servir.

Si son amantes de la cocina y el “hágalo usted mismo”, recomiendo soliciten una caja de ingredientes a Público Comedor que no sólo contiene ingredientes locales y frescos para elaborar 3 recetas para dos personas, sino también acceso a una clase virtual de cocina con el chef Pablo Salas.

La experiencia se vuelve muy gratificante ya que el simple hecho de elaborar nuestros propios alimentos, le da un valor agregado a toda la experiencia.

En caso contrario de no querer cocinar, siempre se puede acudir a los alimentos ya elaborados que muchos restaurantes tienen con opción de entrega a domicilio.

Dante, brasa y fuego” es una muy buena opción ya que su servicio de entrega destaca, si no se opta por hacer el pedido a través de las plataformas de servicio de envió de alimentos, la entrega será por medio del personal del restaurante cuya presentación te hace sentir más cerca del ambiente restaurantero.

Esta última recomendación va dirigida a todos los amantes de la cocina de autor. Gracias a la colaboración de Sud 777, Máximo Bistrot, Quintonil, Tout Chocolat, ProEpta y S. Pellegrino, nace la experiencia “En tu casa a 8 manos”.

Un chef de renombre, que cambia semanalmente, colabora con los cocineros de cada restaurante para la elaboración de un menú degustación que incluye bebidas para maridar. Esta experiencia puede ser para 2 o 4 personas.

La industria restaurantera está viviendo una etapa de adaptación que está acercando a la alta cocina a lo más íntimo de nuestro hogar.

El tiempo decidirá si esta práctica perdurará después de la contingencia o es simplemente una manera de aligerar el mal sabor de boca que deja el no poder vivir el ambiente de un buen restaurante.

Mientras tanto, es una buena alternativa para alimentar al gourmand que llevamos dentro.

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