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El polo tiene similitudes con el balompié pero no es solo futbol a caballo.. Foto: Getty Images

Polo, un deporte de élite que ha dejado huella

Hay héroes desconocidos. No sólo los anónimos que luchan todos los días por sobrevivir, sino aquellos bajo los reflectores que no solemos mirar. Por ejemplo en los deportes como el boxeo, el golf y el polo.

Sin embargo, casi nadie sabe quien fue Carlos Gracida. Que fue maestro de los príncipes William y Harry, además ser el jugador favorito de la reina Isabel II de Inglaterra. Que murió a bordo de un caballo llevando la pequeña pelota hacia la portería rival. Que el Pelé del polo era mexicano.

El más grande jugador en la historia de un deporte -que nació según cálculos de los expertos hace dos mil años en Asia Central- falleció a los 53 años el 25 de febrero de 2014, cuando en un torneo en Wellington, Florida, el equino le cayó encima al ser golpeado en la cabeza por un polista del equipo contrario.

La muerte de Gracida no tiene nada que ver con el desarrollo del polo que sigue en crecimiento en México como deporte de elite dentro de una tradición que comenzó cuando los ingleses llevaron en 1869 este deporte desde India al mundo occidental.

El polo es como el futbol: Dos conjuntos buscan marcar la mayor cantidad de goles. En este caso hay cuatro jinetes por equipo, las porterías carentes de travesaño están hechas de mimbre y la pelota (de madera o plástico) es pequeña para poder empujarse con un mazo, en lugar del pie.

Desde 150 mil y hasta 3 millones de dólares se invierte en un torneo, bien sea de 15 días o  10 semanas. Foto: Getty Images
Desde 150 mil y hasta 3 millones de dólares se invierte en un torneo, bien sea de 15 días o 10 semanas. Foto: Getty Images

El deporte se juega en un campo de hierba de 270 x 150 metros y la Federación Mexicana de Polo (FMP) tiene clubes en 12 estados para quienes quieran practicar.

Para iniciar hay que acercarse a uno de los clubes para recibir la preparación adecuada.

“Cuatrocientos pesos cuesta la clase con caballo mansito. Si el principiante no sabe montar nos tardamos más tiempo para dejarlo listo. La clase dura de 40 minutos a una hora”, explica Fernando Pliego, experimentado entrenador y gerente del Club de Polo El Marqués, de Querétaro.

“A golpear con el mazo le enseño primero caminando. Si le gusta, luego lo capacitamos dos veces por semana”, abunda. El costo de clase incluye la renta del caballo con monturas, frenos y vendas, así como el equipo del jugador.

El polo se juega en tiempos de siete minutos o chukkers. Cuando el principiante completó su preparación se le invita a ser socio del club para participar en partidos de entrenamiento o scrimmages, que se dan con regularidad en sus instalaciones.

“Lo meto a un chukker o ‘picadito’ – como le decimos nosotros- para que le pueda pegar a la pelota y luego a juegos completos”, dice Pliego.

Los caballos también pueden rentarse para los scrimmages a mil pesos el chukker, valor que incluye también los accesorios para caballo y jugador.

Para cuando la persona tomó ya la decisión de convertirse en jugador, el entrenador recomienda comprar de entre todos los accesorios al menos el casco y las botas, así como adquirir su propio animal.

Las mejores razas de caballos para el Polo son el Apendix, el Cuarto de Milla y el Pura Sangre. Cuestan entre 40 mil y 300 mil pesos, y los jugadores tiene entre dos y seis caballos”, dijo Fernando Pliego.

Al costo del equino y los accesorios para jinete y caballo, hay que sumar una inversión por mantenimiento, de entre 3 mil y 6 mil pesos al mes para pastura, grano, herraje, el sueldo del caballerango y la caballeriza.

El polo tiene similitudes con el balompié pero no es solo futbol a caballo. Carece de equipos permanentes con nombres reconocidos por la afición. Una vez que unclub lanza su propio torneo o la Federación Mexicana de Polo (FMP) convoca al nacional o al abierto de polo, los patrones -como se conoce a quienes patrocinan los eventos para hacer relaciones públicas- organizan equipos para cada evento.

Cada formación puede estar integrada por miembros de uno o diferentes clubes, tener nacionales o extranjeros. En cada torneo la mayoría de los jugadores cambia de equipo. Tampoco existen primera, segunda o tercera división, además de que en cada certamen se establece un determinado nivel de desempeño.

Existe un órgano denominado comité de handicap por club, que establece los parámetros de evaluación de cada practicante, similares a los de otras organizaciones en el mundo. La unidad de medida del desempeño del jugador se denomina gol -igual que el nombre que se le da a la anotación- y cada uno de ellos tiene una calificación que va desde menos dos hasta diez goles.

Los torneos piden que cada equipo sume determinado número de goles entre todos los jugadores. Por ejemplo hay eventos de diez y hasta 40 goles.

Junto con dos uruguayos los mejores jugadores de la actualidad son argentinos -prácticamente los únicos calificados con diez goles- entre ellos Adolfo Cambiaso, de 44 años, el mejor del mundo.

“En Argentina cada vez tienen más velocidad los caballos. Han mejorado mucho. Hay clonados jugando y existe una gran facilidad para la crianza en sus grandes áreas de pastizales”, asegura Pliego.

A pesar de que Inglaterra fue el primer país en practicar el polo occidental, tiene menos posibilidades de producir los mejores equinos por el elevado costo de vida. Aún así arroja grandes jugadores, al igual que Estados Unidos, Brasil, Chile, Nueva Zelanda y Australia.

“Tuvimos una época buena y buena crianza. Sin embargo, mientras en Argentina hay varios hipódromos, en México le dimos para atrás al caballo por la cosa de la economía. Si no hay ‘lana’ no hay manera de hacerlo”, dice quien también es réferi en torneos de Querétaro y Canadá. Además de ser invitado a sus 59 años tanto a jugar como a entrenar a los polistas de ese país.

En las décadas de los ochenta y noventa, cuando el país tuvo jugadores con 10 goles, ‘el Pelé del futbol’ tuvo que emigrar a Estados Unidos para contar con patrocinadores que posibilitaran su permanencia en ese nivel. Lo mismo que su hermano Guillermo Gracida, quien dejó el país con el apoyo de un petrolero de San Antonio, Texas.

En el mundo existen torneos de 15 días y otros de 10 semanas. Los costos pueden alcanzar 3 millonesde dólares. Los patrones ganan tomarse una foto con la Reina de Inglaterra, el Príncipe de Brunei o cerrar uno que otro negocio por aquí y por allá.

A pesar de las condiciones descritas México mantiene el octavo lugar en el ranking mundial con una larga tradición y con importantes logros en su historia, como ganar la medalla de oro en los juegos olímpicos de Berlín 1936, ser campeón del mundo en las décadas mencionadas y quedar en tercero o cuarto lugar en la primera década de este siglo.

El prestigio del polo ha hecho crecer el interés incluso entre las mujeres, quienes empezaron a practicarlo también comenzando el siglo XXI y juegan en equipos mixtos o en torneos de género, como Imelda de Alba, quien empezó desde muy niña con el deporte familiar.

El deporte se juega en un campo de hierba de 270 x 150 metros y la Federación Mexicana de Polo (FMP) tiene clubes en 12 estados para quienes quieran practicar. Foto: Getty Images
El deporte se juega en un campo de hierba de 270 x 150 metros y la Federación Mexicana de Polo (FMP) tiene clubes en 12 estados para quienes quieran practicar. Foto: Getty Images

“Fue un deporte siempre para hombres, pero el polo de mujeres está creciendo muchísimo”, dice la polista miembro del Club Balvanera en Querétaro y quien ha jugado en Inglaterra, Argentina, Estados Unidos, Jordania y Nueva Zelanda, además de ganar diversos torneos.

También el desarrollo de los polistas del país radica en una nueva generaciónde jóvenes que juegan en Estados Unidos y pueden ganar el próximo mundial si forman parte de un buen equipo.

Otra oportunidad para México está en la posibilidad de que el polo regrese como deporte de exhibición a los Juegos Olímpicos pero por ahora no hay nada en concreto.

El polo no es un deporte exento de riesgos. El gerente de El Marqués da su entrevista convaleciente de una dislocación de fémur por la caída ocasionada al morir su yegua de un infarto durante un juego.

Con todo, se trata de un deporte muy elegante que da mucho prestigio y satisfacción, además puede practicarse a todas las edades.

“Guillermo Gracida sigue jugando a los 63 años y yo una vez tuve un patrón que jugaba a los 80 años”, dice el gerente del club en Querétaro.

La polista del Balvanera recomienda el polo a aquellas personas “que les guste el caballo, la adrenalina y el compromiso con un deporte muy retador que requiere de muchísima práctica”.

Si quiere probar este deporte de élite, ganar prestigio e incrementar sus relaciones públicas a nivel nacional e internacional, visite el sitio de la FMP en www.fmp.org.mx.

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